Dios mío, inmensamente mío, te exijo una respuesta:
porqué siempre el demonio me quita lo que amo?
o acaso por juglar o por andar volando el vuelo de un cometa
yo nunca comprendí que el amor es así, tan simplemente humano

Dios mío se sincero conmigo como lo soy contigo
existe el gato azul o es demencia febril verlo sobre el tejado?
entonces. . . si es negro ese felino, que alguien me explique te lo pido
en esa dimensión. . . donde élla vive ¿por qué se anda alardeando los “te
amo”?

Dios mío, desmesuradamente mío, entonces quiero ser un ser humano
aprender a fingir con teléfono en mano;
usar la estratagema de no escuchar la angustia, del ser que mas me ama
y de modo vulgar e indiferente, cortarle, en su dolor, cuando me llama

Dios mío, cuarenta inviernos tuve, bien sabes que hizo frío
pero siempre era leño su recuerdo querido;
era fuego y fogata, era lumbre y estío;
anidó en mi guitarra y me abrigué en su abrigo.

Ya se que esta muriendo en mí, la musa de mi alma
y su tema de amor aquel que le escribiera con triste melodía
será solo un recuerdo, que se ha quedado lejos perdido en la nostalgia
de los felices días con esa chiquilina, que alguna vez. . . fue mía!   

Dios mío, inmensamente mío, dí que será de mí
de ahora en mas. . . y no pregunto mas ¿qué será de mi vida?
“Exijo una respuesta”
Poemilla de King Clave